lunes, 8 de septiembre de 2014

--> Viaje a Finisterre, Muxía y Camariñas.

En ocasiones solo se puede disponer de un par de días para realizar una pequeña escapada. Esta es una de esas ocasiones, donde el destino era relativamente cerca, pero el lugar elegido es quizás de esos que todo el mundo ha oído hablar.

Finisterre era nuestro destino, en plena "Costa da Morte", es un lugar con imán, nadie sabe porque pero ya desde la época romana, era un punto de suma importancia.Los romanos pensaban que este era el punto más occidental de la tierra y, por tanto, el mundo se acababa aquí. Era el "finis terrae".

Antes de llegar al Cabo Finisterre, hicimos una parada para comer en pueblo de Finisterre, que como nos suele pasar muy a menudo, estaba de fiestas. El tiempo acompañaba y que mejor momento para degustar una mariscada en la plaza del pueblo. Una mariscada completa para dos personas nos salio aproximadamente por unos 50 euros. Hay varios restaurantes que compiten entre ellos para ver cual ofrece una mariscada con más cosas por menos precio.



A escasos 3 Km se encuentra el Cabo Fisterra, en el hay un faro, muy necesario para evitar naufragios que son muy comunes en esta zona de la abrupta costa Gallega.



Este punto el el destino de muchos peregrinos, que una vez han llegado a Santiago de Compostela, no acaban su camino hasta llegar a Cabo Fisterra. Una vez aquí se dejan los zapatos y se quema la ropa que a estas alturas ya está muy deteriorada tras las largas caminatas. En la siguiente imagen aparece un mojón indicando que nos encontramos en el camino de Santiago. Este mojón es el último, en el se indica que estamos a 0,00 Km de llegar.


En las siguientes imágenes se puede ver el faro.



En frente los pueblos del otro lado de la ría.


Para saber lo que sienten los peregrinos hay que descender un poco y acercarse un poco al mar. Justo ahí veremos restos de quemar ropas y algún que otro zapato dejado por los peregrinos, que al llegar aquí si sienten que se acabo el camino.
















En el mismo cabo, hay una cafetería-restaurante con un encanto especial, era la antigua casa del farero.






El día llegaba a su fin y nos quedamos en la residencia turística Mirador fin da Terra, muy recomendable por precio y situación.

Imagen relacionada


Al día siguiente, decidimos acercarnos a otro de esos lugares con nombre propio, el pueblo de Muxía.

Muxía es conocida por su gastronomía, paisajes y un conjunto de piedras que han generado interés tanto para los de dentro como para los de fuera.

La historia más antigua de Muxía está relacionada con ese conjunto de piedras situadas en la Punta da Barca, un lugar privilegiado al lado del mar, del santuario de Nosa Señora da Virxe da Barca  y del faro de Punta da Barca.

Aparcar el coche en la otra punta del pueblo te da la ventaja de recorrer el paseo pegado al mar y disfrutar de esta coqueta villa. Desde el centro de la villa se puede ir andando perfectamente hasta el lugar donde esta el santuario y las famosas piedras.











Ver el trabajo así como las condiciones de las mariscadoras te hace reconocer el verdadero valor del  marisco gallego.




Una vez que nos alejamos del centro y siguiendo la costa se llega en 5 minutos a un espacio que parece de otro planeta, piedras desnudas unas encima de otras que le dan un aspecto mágico al entorno del santuario.

El día venia acompañado de una espesa niebla, pero la verdad es que no tardo mucho en dejar los cielos libres.



La leyenda cuenta que la Virgen vino a esta zona en una barca de piedra para animar al Apóstol Santiago después de ganarse la aversión de los habitantes de la ciudad de Duio. La comarca quedó sumergida bajo las aguas, desapareciendo todos los habitantes al desobedecer las predicaciones del Apóstol y rendir culto al Sol. Santiago se retiró a la Costa de Muxía a rezar y a suplicar a Dios que las gentes cesasen la aversión que sentían a sus predicaciones.

A partir de este momento empezó a desarrollarse una leyenda alrededor de estas famosas piedras, situadas muy cerca del mar y protagonistas de numerosos ritos e historias mágicas. Según la leyenda, estas piedras forman parte de la barca de piedra en la que llegó la Virgen.











La más conocida es la “Pedra de Abalar”, de la cual se dice que podría ser la barca de piedra que quedó allí tras el encuentro entre el Apóstol Santiago y la Virgen. Cuenta la leyenda que la gente que movía la piedra estaba libre de pecado, ya que si no la piedra no “abalaba”. Además, existe la creencia popular que la piedra se balancea cuando quiere ya que en alguna ocasión muchas personas se han colocado encima y la piedra no ha “abalado”.






A la “Pedra dos Cadrís” o “Piedra de los riñones” por su forma, se la atribuyen propiedades curativas. Se cree que si se pasan nueve veces debajo de ella se curan las enfermedades de riñones, dolores de espalda y de cabeza y que simboliza la vela de la barca donde la Virgen hizo su aparición.







Después de haber pasado la mañana paseando por esta tranquila villa nos desplazamos a la vecina Camariñas, conocida mundialmente por sus encajes de bolillos.



Quizás no acertamos con el momento o igual es que es un pueblo con menos vida que Muxía, pero nos costó encontrarnos con un solo vecino por las callles. Si vimos un lugar de venta de productos de artesania de bolillos, y la vedad es que poco más.

















Los faros siguen siendo un referente turístico en Galicia, este en concreto es el Cabo Vilán.