lunes, 11 de enero de 2010

--> Viaje a Roma y Pisa

 Por desgracia en Galicia tenemos muchos aeropuertos, pero ninguno de ellos lo suficientemente grande que nos evite tener que hacer escala en Madrid o Barcelona para hacer cualquier tipo de viaje internacional. Por lo tanto nuestro viaje a Roma tenia que comenzar con un desplazamiento a Madrid desde Monforte el día antes de salir hacia Roma.

Con muchas ganas nos metimos los 500 Km en coche hasta Madrid, el Hotel (Shs Hotel Aeropuerto) está situado muy cerca del aeropuerto y tiene la opción de "Aparca y vuela", gran ventaja esta porque sabes que el coche quedara allí aparcado sin riesgo de robo u otras cosas. Las habitaciones de este hotel son muy amplias, limpias y la relación calidad-precio esta bien, y lo mejor el precio de dejar el coche en el mismo hotel.

El vuelo salia el día 4 de Enero a las 8:00, para mi es una de las mejores horas para viajar, volamos con Air Europa, en un vuelo perfecto sin retrasos ni ningún tipo de turbulencias.

La tranquilidad se acabo en el momento que llegamos al aeropuerto, nunca nos había pasado que sin salir por donde salen las maletas, aparecimos varios pasajeros en la parte de fuera del aeropuerto, pero sin las maletas. Nos acercamos a una de las puertas junto un guardia de seguridad y le pareció muy normal y casi sin mirarnos nos permitió entrar a coger nuestras maletas sin pedirnos ni los billetes ni nada.

Una vez recogidas las maletas aquí viene lo increíble de un país Europeo, para coger un taxi, tuvimos que casi pelearnos, pero no por un taxi sino por sacarnos de encima a 100 de taxistas piratas que te intentan llevar desde el aeropuerto a la ciudad de Roma. El aeropuerto de Fiumicino se encuentra a unos 25 Km de la ciudad de Roma. El agobio de los taxistas piratas tubo éxito y no nos quedo mas remedio que coger una furgoneta taxi compartida con unos alemanes, holandeses y sabe dios de donde eran los otros, pareja a pareja nos fue dejando en los hoteles, después de haber pagado 60€ por el servicio.

El hotel que escogimos era el Hotel Center I II III. No es un gran lujo pero no esta mal por el precio, pero el barrio en el que esta, asusta un poco por la noche, pero en todos los días que estuvimos allí no sentimos para nada la sensación de inseguridad. El Hotel tenia una cosa curiosa si querías la calefacción tenias que avisar y te la ponían, si la querías apagar tenias que llamar y te la apagaban, así cada vez que tenias frió o te asabas. El desayuno es correcto, incluido en el precio, que ya no recuerdo.


La primera tarde, como en cada viaje, fuimos a reconocer un poco la zona donde estaba el hotel sin alejarnos mucho, callejeando, viendo lugares donde cenar, etc... Pero cuando nos dimos cuenta estábamos justo en frente del Coliseo de Roma. La verdad es que no hay distancias dentro de la zona histórica y monumental de Roma.

Desde el Coliseo se puede ver el Arco de Constantino y todo el Antiguo Foro Romano. El interior del Coliseo es como un gran esqueleto de muros antiguos, donde se ve claramente el foso donde los gladiadores luchaban entre ellos y con fieras salvajes. El Coliseo impresiona por su grandiosidad y también porque se nota que el peor desgaste lo sufrió por saqueos y no por mismo paso del tiempo. Faltan las rejas, así como la platea que cubría los "sótanos". La platea fue reconstruida en parte para que se vea como seria antiguamente, aunque cuando nosotros lo visitamos no nos dejaron pisarla.

En las siguientes fotografías se pueden ver, el interior del Coliseo y el Arco de Constantino desde el primer piso del Coliseo.




El primer día en Roma se acabó, dando un nuevo paseo hasta el hotel. En ese momento nos dimos cuenta que en enero en Roma se hace de noche muy temprano, por lo que tendríamos que madrugar para aprovechar la mañana mas que la tarde. No recuerdo la hora exactamente pero a las 17:30 era casi de noche.

El segundo día amanecía lloviendo pero nosotros habíamos decidido darnos una buena pateada y recorrer lugares tan conocidos como la Fontana de Trevi, Plaza España, Puente Milvio y la Plaza del Popolo etc.

En este día cogimos el metro en la estación de Termini que esta bastante cerca del Hotel. La verdad es que el metro de Roma no es  de lo mejor, tiene dos lineas básicas y no pasa cerca de las zonas turísticas del centro. Es normal que estén las estaciones alejadas porque no pueden excavar un metro sin tocar una ruina romana. Así que se usa el metro para cruzar la ciudad y luego andando un rato para ver los diferentes lugares. El primero fue la Plaza del Popolo, el metro te deja justo en frente, según se entra se ve una gran plaza con un obelisco en el centro, después de las fotos pertinentes, decidimos seguir para por lo menos no mojarnos, porque ahí si que estaba lloviendo pero de verdad. La siguiente fotografía muestra la Plaza del Popolo desde el soportal de la entrada.




Nuestra segunda parada del día fue Puente Milvio, cogimos el autobus unica manera de llegar, situado a las afueras de Roma, este puente es conocido como el puente de los enamorados, lugar en el cual dejan un candado con sus nombres y tiran las llaves al Rio Tiver, para sellar asi su amor. Es increible la cantidad de candados que hay en ese puente, aquí dejo un par de fotos donde se puede ver parte de esos candados.






Desde esta plaza, nos desplazamos a la tan famosa Fontana de TreviFontana de TreviFontana de Trevi






pizzerias que hay, puedes probar varias raciones de pizzas, que exponen de manera muy colorida en las vitrinas de las pizzerias.


Después de la comida decidimos ir a ver nuestro quinto destino del día, el Panteón de Roma, es un templo romano de forma circular situado en la plaza de la rotonda. La cúpula es circular pero abierto en su parte central superior está abierto y por ahí entra la luz y cuando llueve, pues lo hace dentro del templo como fuera.



Un par de calles después nos encontramos la Plaza Navona, lugar ideal para tomar el famoso capuchino italiano, el ambiente era bastante animado, había como un mercadillo o algo similar, con un carrusel para los niños. En cada uno de los extremos hay una fuente que como todas en Roma son dignas de hacer unas fotografías. Estas son las dos fuentes.





Paseando nos acercamos a la famosa Plaza Venecia, donde está situado el monumento a Vittorio Emanuele II, impresionante monumento donde también esta  el altar del pueblo, un homenaje al soldado desconocido. Esta son las fotografías de Plaza Venecia.




Nuestra ruta por las calles de Roma seguía, ya no llovía casi nada, y aprovechamos para pasear por la zona del Foro Romano, que parece casi un milagro que se sigan manteniendo en pie algunas de sus ruinas,buscábamos la escultura de la Loba que amamantaba a Romulo y Remo  que según decía la

leyenda eran los primeros fundadores de la ciudad de Roma. Pasamos por delante pero no pudimos hacer la fotografía porque la batería de la cámara estaba agotada así que momento ideal para tomar otro capuchino, mientras hacíamos tiempo para que se nos cargara la cámara, que por cierto muy amablemente nos dejaron cargar en la cafetería. Desde la cafetería decidimos ir antes de que cerrara a ver la Boca de la Verita, que es una tradición, meter la mano en su boca y si al hacerte una pregunta contestas una mentira dicen que se cierra la boca de la piedra y te muerde la mano. Es increíble el dinero que le sacan a esa piedra porque las colas eran increíbles, y todo para sacar una foto, lo mas increíble es que esa piedra dicen que era una antigua tapa de alcantarilla, la piedra es bastante grande y si era una tapa de alcantarilla, esta muy trabajada.Aquí esta la Boca de la Verita.


Volvimos de nuevo hasta la zona del Foro Romano a fotografiar la estatua de la Loba y Romulo y Remo, pero ya era de noche así que aquí esta la foto. Es una pequeña escultura situada encima de una columna de uno 3 metros de alto.


El día se había acabado, vimos más de lo que cantábamos, pero aun así quedaban muchas cosas para los días siguientes.

El día siguiente no era cualquiera, era el día de Reyes, nuestra caminata empezaba en la Plaza de la República, cerca de la estación de Termini, es una plaza importante para la comunicación con la zona histórica de Roma. Aquí está la foto.


Paseando poco a poco nos íbamos encontrando con plazas, fuentes etc, la vedad es que Roma tiene monumentos en cada esquina, en cada calle, como ejemplo la siguiente fotografía, de la Fontana del Tritone.


Cogimos el metro y decidimos acercarnos a ver los monumentos más cercanos al Vaticano, nos bajamos en la parada Lepanto de la Linea A, después de un rato andando llegamos a la Plaza Gavour, por cierto todo en obras. El edificio que está entre esta plaza y el río Tiver es el Palacio de Justicia. Este Palacio como se puede ver en la siguiente fotografía es un gran edificio de piedra muy cercano al Vaticano.



Una vez cruzado el puente podemos ver ya muy cerca el Castillo de San Angelo, señal de que al terminar esa calle estaremos entrando en el País del Vaticano.


Desde el Puente Vittorio Emanulle II, justo enfrente del Castillo de San Angelo, se puede ver una preciosa vista de la cúpula de San Pedro del Vaticano.Esta foto muestra la vista desde el puente.



Como era 6 de Reyes, pues se escenifica el día tan especial con un gran pesebre y cientos de grupos de personas a cada cual más pintorescas, llevan sus ofrendas al niño Jesús, algunas de esas agrupaciones son las que aparecen en la siguiente fotografía.


Como había mucho jaleo para entrar en la Plaza de San Pedro, decidimos alejarnos e ir a ver alguna otra cosa, y lo siguiente en nuestra ruta fue el Gran Circo Máximo de Roma, del cual solo queda el lugar y la forma de como era. Como se puede ver en la siguiente fotografía, es una gran explanada con anfiteatro de tierra por los lados que serian las gradas para los asistentes a las carreras de cuadrigas, entre otra muchas cosas que se celebraron en este lugar.


La gran explanada en donde esta situado el Circo Romano nos lleva a la boca del metro situada al final de este. Cambiando de linea de metro conseguimos llegar de nuevo al Vaticano, ya no había tanta gente como a la mañana, a la hora de la ofrenda al niño Jesús. La grandes columnas de entrada a la Plaza de San Pedro son espectaculares,  en total hay 284 columnas de 16 metros de altura. La sensación de grandiosidad se siente solo con atravesar ese bosque de columnas. Luego desde la Plaza de san Pedro se ve claramente la simetría, y la gran entrada central a la plaza.

La siguiente fotografía muestra la Plaza al completo vista desde la cúpula de la Basílica de San Pedro del Vaticano, lugar privilegiado por las hermosas vistas, la subida a la cúpula es dura, con muchos escalones y un pasillo no apto para gente un poco obesa, o que sienta claustrofobia, además por si fuese poco que el pasillo es estrecho , encima tiene inclinación en las paredes, por lo que es imposible caminar recto. Pero la dureza de la subida se compensa con creces con las vistas desde lo alto de la cúpula.


El día se había acabado, solo quedaba pasear de vuelta al hotel y aprovechar para comer en un restaurante típico italiano, la tan sonada pasta italiana.

En el cuarto día decidimos descansar un poco y nos desplazamos en tren hasta la ciudad de Pissa, mundialmente conocida por su torre inclinada, el tren se coge en la estación de Termini, nos dijeron que el tren era bastante rápido pero comprobamos que de rápido nada, y menos que rápido era limpio. Fue una tortura de tres horas de viaje pero por fin estábamos en Pissa, llegamos al mediodía justo para comer, perdimos la mañana metidos en un ten pero nuestras piernas agradecieron el descanso. Pissa en un pueblo pequeño, nos sorprendió que no había nadie por la calles, una vez cruzado el puente que divide el pueblo en dos, solo hay que recorrer 300 metros y se abre una gran zona ajardinada, y es ahí donde nos encontramos la gran Torre inclinada de Pissa. La verdad es que está muy inclinada. Había bastantes turistas haciendo la típica foto de aguantar la torre. Como no nosotros hicimos unas cuantas fotos y la visita se había acabado, el tren nos esperaba otras tres horas. Aquí os dejo la foto de la torre y de los alrededores.



Parece que hemos perdido un día de vacaciones, pero la verdad es que un día como estos te ayuda a tener las piernas frescas para el siguiente día.

Comenzamos el quinto día, con la idea clara de que nos quedaba por ver el Vaticano por dentro tanto en la Masílica como el Museo. Todo el Museo es impresionante, hay miles de obras de arte de miles de años de cada una de las diferentes civilizaciones antiguas, el patrimonio cultural es incalculable. Casi todo el Museo se puede fotografiar, excepto la sala de la Capilla Sixtina. La Capilla Sixtina es la capilla más famosa del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, y todo el mundo va siguiendo las flechas para llegar a ella, en todo el Museo hay muchos turistas, pero en especial en esta sala la aglomeración era agobiante. Los guardias de seguridad hace que la fila avance, y casi no te da tiempo ni a ver con calma la gran obra de arte de Miguel Ángel. Aunque no se podía hacer fotos aquí dejo una que pude hacer sin que me viesen.


Además os dejo aquí dos claros ejemplos de esculturas de diferente procedencia, que se pueden ver en el Museo Vaticano.




El Museo Vaticano nos llevo casi todo el día, comimos en una de los muchos restaurantes cercanos al Museo. Esa tarde nos dedicamos a callejear de nuevo por Roma y hacer alguna compra, además teníamos que ir a hacer la maleta porque nuestro vuelo salia al día siguiente a las 18:20. Al llegar al hotel miramos el tiempo y vimos que todo Europa estaba colapsada por la nieve y que se creía que al día siguiente seria un día aun peor. Por lo que se corría el riesgo de que todos los vuelos se suspendieran.

El ultimo día en Roma fue muy frió y decidimos irnos al aeropuerto temprano e informarnos de como iban los vuelos.  Al llegar al aeropuerto lo peor fue ver el panel de vuelos, en todos ellos ponía "cancelado o retrasado". La cosa no pintaba bien pero tuvimos una gran suerte de que nuestro vuelo fuera de tarde y pudimos salir sin ningún tipo de problemas, llegando a Madrid antes de lo previsto. Los del hotel ya nos estaban esperando, cosa que se agradece mucho, no tener que preocuparte de coger un taxi. El frío en Madrid era espantoso y amenazaba con nevar al día siguiente por la mañana.

Nos quedamos esa noche en el hotel y decidimos madrugar bastante para salir de Madrid antes de que las nevadas nos impidieran cruzar la sierra. El termómetro a las 10:59 de la mañana era escandaloso, las carreteras estaban congeladas y todo nevado alrededor. A pesar de todo llegamos sin novedad. Aquí os dejo las fotos de nuestro viaje en coche hasta casa.



Espero que pueda serviros de algo todo esto, por si algún día decidís ir a Roma y Pissa.